Hace unos días y para celebrar que el cambio de lentilla fue bien y la herida del ojo va cicatrizando como es debido, nos hemos ido toda la familia a San Sebastian a pasar el día. ¡Ha sido una experiencia maravillosa!
Para empezar, nos hemos desplazado en tren. Claro, yo no había viajado nunca en este medio de transporte, así que, con el tracatá estaba alucinada. Una vez llegamos a nuestro destino, dimos un paseo por la ciudad que está plagada de turistas y el tiempo es más suave que en Olazti por la proximidad al mar y esa brisa que corría hizo mucho más confortable la estancia allí. ¡Estamos sufriendo una ola de calor que nos ahoga! Claro que para refrescarnos, paso mucho tiempo en la piscina y así me ayuda a ser más llevadero.
En Donosti, paseamos frente al mar, vimos a los mimos y demás músicos callejeros, y la gran sorpresa que tenían guardada mis padres era la visita al Aquarium.
¡Qué gran experiencia! cada vez que lo recuerdo se me queda la cara catatónica. No dejaba de mirar a un lado y a otro. Quería mirarlo todo a la vez. Los distintos peces de colores, de todos los tamaños, y el túnel por el que estamos rodeados de peces es impresionante. Parece que estamos dentro del propio estanque.
Donde más aluciné fue mirando los peces payaso. ¡Qué colorido! quería seguirlos de un lugar a otro y se cruzaban unos peces con otros...... estuve embobada mirándolos como veinte minutos sin pestañear.
En clase, mi profe Mikel, me suele poner vídeos de peces de colores cuando estamos trabajando el cubo de imágenes, pero ¡esto no tiene nada que ver! Es un auténtico espectáculo. Además, el silencio de la sala, y el movimiento de los peces unido a la temperatura tan agradable, hizo que me relajara de tal manera......... es algo indescriptible.......
Una vez dimos por finalizada la visita, fuimos a ver la puesta de sol y el atardecer cerca de la playa y luego volvimos para casa.
Lo pasé tan bien........
